viernes, 30 de mayo de 2008

Injusta Justicia

Acabo de leer en Le Monde que, el pasado mes de abril, el Tribunal de Gran Instancia de Lille (Francia) anuló una boda celebrada en julio del 2008 ya que el esposo descubrió durante la noche de bodas que su mujer no era virgen.
El recién casado, un ingeniero francés convertido al islam, contactó al día siguiente con su abogado para solicitar la nulidad del enlace, evocando un "error en las cualidades esenciales" de su cónyuge, una estudiante francesa de confesión musulmana.

La noticia ha provocado una polémica impresionante y una avalancha de comentarios de todo tipo. El propio mediador de la República declaró que esta decisión es "incompatible con los principios republicanos" y que, por lo tanto, se presentaría un recurso.

De acuerdo con el artículo 180 del código civil francés, es posible solicitar la anulación de un matrimonio si "existe un error en la persona o en las cualidades esenciales de la persona", lo cual me parece una noción un tanto subjetiva. Un divorcio anterior, el hecho de encontrarse bajo tutela financiera o los antecedentes judiciales de uno de los cónyuges fueron admitidos por la jurisprudencia en casos anteriores como "cualidades esenciales", pero nunca basándose en criterios sexuales como en este caso.

Me parece muy triste que, a estas alturas de la vida, todavía sea posible y totalmente legal repudiar a una esposa tal y como se hacía en la edad media. Quizás los jueces de este caso no advirtieron que, al interpretar tan celosamente el código civil, estaban entrando en el terreno de la discriminación sexual ya que una mujer no tiene la posibilidad de comprobar la supuesta virginidad de su marido.

Quizás un matrimonio basado en la mentira no sea sostenible, pero para resolver este tipo de cuestiones ya existe el divorcio. Eso sí, es más largo, más caro y no incluye la humillación pública de tu ex y de paso una patada a los derechos de todas las mujeres.

miércoles, 28 de mayo de 2008

Ser o...no ser

Dice nuestra flamante Constitución Española que Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Qué bonita resulta ser siempre la teoría y qué difícil es llevarla a la práctica. También habla de la libertad ideológica y de culto y de que nadie podrá ser discriminado por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.
Pues bien, porque lo dice la Constitución, norma máxima de nuestro ordenamiento jurídico, y porque lo siento así, estoy un poquito cansada de la injerencia de ciertos ámbitos de la iglesia católica en el ámbito público. Creo haber sido educada en el respeto a todas las religiones y creencias, aunque no comparto ninguna especialmente, y por eso espero ser respetada del mismo modo.
Estoy harta de la camuflada religiosidad de las instituciones públicas: marquen un X en la asignación a la iglesia católica en su declaración de la renta, los crucifijos en las tomas de posesión de los ministros, los fondos públicos destinados a colegios privados de ideología católica, fondos con los que eligen a sus docentes (y los despiden cuando se salen del tiesto), y con los que criban a sus alumnos…
Y harta de la laicidad de la iglesia católica que, saliéndose de su ámbito, se permite el lujo de criticar lo que hago dentro de mi casa, con quien me caso, el número de hijos que tengo, y la educación que les doy. Que me acusan de destrozar la familia por manifestarme a favor de los MATRIMONIOS entre homosexuales. Que hace creer a muchos de sus fieles que se está produciendo un retroceso en los derechos humanos, cuando lo que se está haciendo es reconocer esos derechos a muchas personas que antes no los disfrutaban, sin por ello, menoscabar los de los demás.
En resumidas cuentas, me gustaría que fuese cierto eso de que ninguna confesión tiene carácter estatal. Sin embargo parece que hay una confesión que tiene el poder suficiente para doblegar a la clase política. No obstante y afortunadamente, en mi casa, de momento, elijo yo.

viernes, 23 de mayo de 2008

Matar es matar

Según datos de Amnistía Internacional, en el año 2007 fueron ejecutadas al menos 1.252 personas en 24 países, y unas 3.347 personas fueron condenadas a muerte en 51 países. El ejemplo de Estados Unidos es quizás el más sobrecogedor, al tratarse de la primera potencia mundial, sin embargo muchas otras naciones como Japón también se encuentran incluidas en la lista de países que aplican la pena de muerte para delitos comunes.

Personalmente, no alcanzo a entender los argumentos de los que defienden el "asesinato institucionalizado", aún habiéndose demostrado tanto su total ineficacia como medio de disuasión como sus consecuencias irreparables en el supuesto _no tan raro_ de un error judicial.

Todas las ejecuciones son crueles, cada una de ellas aleja un poco más al hombre de su condición humana; sin embargo, a veces todavía nos sobrecogemos al ver traspasarse un poco más los límites de lo inhumano y de la total ausencia de compasión.
Para el próximo 10 de junio, está prevista en el estado de Virginia la ejecución de Percy Levar Walton a pesar de habérsele diagnosticado esquizofrenia grave y un importante retraso mental.

Está en nuestras manos parar esta ejecución y conseguir la conmutación de su pena si participamos de forma masiva en la acción coordinada por Amnistía Internacional.

Inmigración= ¿delincuencia?

Resulta verdaderamente increíble, que en pleno siglo XXI se trate a las personas como mercancía. Yo sólo encuentro una palabra para definir lo que está ocurriendo en Italia y lo que, dentro de poco, va a empezar a ocurrir en el resto de la Unión Europea: vergüenza. Siento verdadera vergüenza por pertenecer a un mundo donde las personas son tratadas como delincuentes por el mero hecho de intentar conseguir lo mejor para sus familias, o simplemente por tratar de tener una oportunidad.
Sé que es una pregunta recurrente, pero ¿qué haría cualquier persona para sacar adelante a su familia o simplemente para mejorar su vida? Pues si fuese necesario probablemente emigrar. Con lo que ello implica, es decir, ir a otro país que generalmente no tiene nada que ver con su cultura, dejando la familia, los amigos,…a vivir en condiciones infrahumanas, a trabajar sin contrato, sin seguridad social, doce horas diarias, por un sueldo ínfimo…De hecho y para aquéllos que no lo recuerden es lo que ocurrió en España durante muchos años. Sin embargo parece que lo hemos olvidado.
Me causa mucha tristeza leer ese tipo de noticias. Sin embargo, es lo que leemos día tras día en los periódicos. Últimamente todos los países de la UE tienen ideas muy ocurrentes sobre cómo ponerles las cosas más difíciles, si cabe, a los inmigrantes: 18 meses de internamiento!!!!!!!!!!!!!??????????????????? Ah bueno! Que no los encierran en cárceles, sino en centros de internamiento. Pero ¿en qué clase de mundo vivimos? ¿Y los derechos humanos?
En fin, visto lo visto, me siento en la obligación de ser idealista.

martes, 20 de mayo de 2008

Nuestras voces

Muchas veces no somos conscientes de lo importante que es escuchar a quienes tenemos a nuestro alrededor. Sus voces suelen darnos puntos de vista que no tienen porque ser ni mejores ni peores, sus voces simplemente son diferentes. Escuchar te ayuda a comprender. Y comprender es fundamental para convivir.

domingo, 18 de mayo de 2008

¿Por qué somos idealistas?

Ver cada día un telediario o leer un periódico es una tarea que pone a prueba nuestra paciencia, nuestra sensibilidad y nuestra capacidad de optimismo. En resumen, nos sitúa frente a una realidad que dista mucho de ser ideal.

A pesar de ello o precisamente por eso, somos un grupo de seres humanos que no queremos renunciar a nuestro derecho a intentar mejorar nuestro entorno. No queremos conformarnos ni dejar que el mundo se conforme.
La realidad, con todo lo que conlleva se construye entre todos, luego todos podemos hacer algo para mejorarla.

Dice el diccionario que el idealismo es la tendencia a idealizar o a mejorar la realidad.
Hoy en día, nuestra realidad no pinta demasiado bien. Por eso sentimos la necesidad de idealizarla, por eso somos idealistas.