Una historia simple…pero no una simple historia

A pesar de que, muchas veces nos parezca que no es posible, la realidad nos demuestra que las cosas pueden hacerse bien. A mí me lo demuestran historias como la de Mustafá, o Musta, como lo llaman sus amigos.
Musta es un niño mauritano de 11 años que vino a España a través de una ONG que se encarga de seleccionar a niños con problemas de salud y traerlos a España donde se les diagnostica y se les facilita el tratamiento necesario para su enfermedad. Mustafá tenía un grave problema de deformidades en extremidades causado por un raquitismo por falta de ingesta de calcio y otros nutrientes básicos en la dieta.
Tuvo que someterse a varias intervenciones quirúrgicas, tras las que requirió rehabilitación, hasta que pudo ser dado de alta. En total casi dos años y medio, durante los cuales estuvo viviendo con una familia de acogida española.
Pero la historia no acaba aquí. Movidos por el cariño a Musta, su familia española decidió conocer en persona su realidad. Y esa realidad, como ellos dicen, les ha hecho vivir una experiencia maravillosa. Tanto que no se limitó a un viaje, sino que fueron varios los viajes, en los que tanto su familia como sus amigos españoles, han podido conocer de primera mano las dificultades y las necesidades de Musta y su pueblo.
Sólo hay que escuchar contar esta historia a una de las personas que tuvo la ocasión de viajar a Mauritania para que te enganches. Como ella decía, los “esfuerzos” realizados, se vieron más que recompensados con la generosidad y la hospitalidad de este pueblo mauritano.
Es realmente envidiable sentirte recompensado con cosas tan sencillas, ser consciente de su importancia y, sobre todo, darte cuenta de que, al final, esas son las cosas que importan.
Por todo ello han decidido iniciar un proyecto, con el que tratar de mejorar, las necesidades más urgentes y esenciales de este pueblo. Y lo importante es que es un proyecto en el que podemos colaborar, acudiendo el día de 21 de junio a Fuentelmonge (Soria)